La historia de la gotera... o cómo mi día a día es un caos

Hace bastante que no me paso por aquí... primero que si el lunes pasado me lo cogí de medio puente (del blog, no del trabajo). El miércoles tuve el día liado... y el jueves.... ay a partir del jueves.... ¡mi día a día es un caos! El jueves llegó a mi vida "la gotera maldita". Os lo cuento, así le quito hierro al asunto y nos reímos un poco entre todos.

Salgo de casa para ir a trabajar, y en mi parking está todo normal. A las 2 horas y pico de estar trabajando me suena el móvil. Es un número móvil que no conozco. Como al día siguiente tengo visita en el médico, pienso que será del hospital. Cojo el móvil y la conversación es algo así:

 - M: Hola, Sandra?

 - S:  Si, soy yo, ¿quién es?

 - M: Soy M, la presidenta de la comunidad. Mira en cuanto puedas ven a casa que cae mucha agua de tu casa al parking. Quizás te has dejado  un grifo abierto. Ven en cuanto puedas porque cae mucha agua. Te hemos cerrado el agua general de casa y parece que ya no cae tanto.

 - S: vale, estoy trabajando. Miro a ver si puedo ir y  voy en seguida.

 - M: vale, pasa por mi casa. No te entretengas que es mucha agua

Aquí yo ya estaba cagada. Cuelgo y me voy a la mesa de mi jefe. "Hola T, me acaban de llamar que de mi casa cae mucha agua. ¿Me puedo ir a ver qué está pasando? (Aquí con ojitos de corderito degollado)" a lo que me contesta T: Claro, claro vete ya mismo.

Me subo rauda y veloz al coche y me voy a toda mecha hacia casa. Cuando me ve la presidenta que estaba al loro ya sale y antes de entrar a casa me dice: No te asustes que hay mucha agua. Primero vamos a ver que no tengas agua dentro de casa. Afortunadamente en mi casa no había agua. Bajamos al parking y... ¡madre del amor hermoso! Dos plazas de parking literalmente inundadas!! Y yo que me esperaba una pequeña gotera con un cubito cayendo gotitas... ja!!!

Como me han cerrado el agua, casi no cae nada (no caían gotas, era todo literalmente una cascada). Aviso a mis padres, a la administración de fincas, hago un par de llamadas y vuelvo al trabajo. Desde allí contacto con un fontanero que es amigo de la hermana de un amigo y quedamos en ver la avería por la tarde en salir de trabajar. El chaval dice que la cosa pinta fea. Al anochecer tan pronto no puede detectar la avería... nada agua abierta para el uso básico y cerrarla tan pronto como sea posible. Viernes por la mañana se pondrán a investigar.

Aviso a mi santo padre, que se tiene que desplazar a mi localidad para que yo pueda ir a trabajar. A media mañana encuentran la fuga... una tubería de la terraza que va directa al jardín. Empieza el envío de fotos y vídeos de mi terraza, mi hermosa terraza... toda levantada. Mi terraza con un agujero, mi terraza con una zanja. El tubo maldito que está agujereado... A la salida del trabajo, esperamos a que terminen de cambiar la tubería y nos disponemos a escoger nuevas baldosas, porque si, tenemos que embaldosar de nuevo.

El domingo vaciamos toda la terraza. Ayer vinieron a cerrar la zanja y empezaron a embaldosar... Hoy siguen embaldosando y espero y deseo que mañana terminen para dentro de unos días poder volver a amueblar la terraza. 

¿Qué como tengo la casa ahora? Pues hecha un caos. En medio del jardín tengo los armarios de exterior, la mesa, las tumbonas y parte de las sillas, las cajas con el árbol de navidad y sus adornos y el cortacesped. Todo esto tapado con un plástico gigante por si llueve.

Ah vale... entonces si es la terraza puedes estar tranquila. Pues no, no estoy tranquila. Tengo el comedor lleno de trastos (a parte de una pila de sillas). Sacos de obra, baldosas, maquinaria y demás. Para terminar tengo polvo, mucho polvo por toda la casa... y lo peor de todo es que no puedo poner la lavadora ¿por qué? porque no puedo tender. En una habitación tengo a mi padre, en la otra estoy yo. En el tendedero fijo no puedo tender porque obviamente lo tengo en la terraza. El tendedero plegable no lo puedo usar porque si no lo cuelgo del techo no me queda espacio en el suelo en ninguna estancia de casa.... Esto no sería tan grave si no fuera porque tengo mis pantalones favoritos del mundo mundial pendientes de ser lavados... y todos los días me apetece ponermelos. Así que seré fuerte, esta noche le rezaré a Dior y a Victorio&Lucchino para que mañana terminen y pronto pueda tener una casa decente. Y poder poner pronto la lavadora.

Pues así estamos... con un completo caos. Con mil cosas por hacer y patas arriba. 

¿Cómo va vuestra semana? ¿Más relajada que la mía?

Un besazo y mil gracias por leerme